Es tiempo de parar la pelota. O al menos, eso me parece. Empecé el blog hace poco más de dos semanas. Tal como comenté en aquel primer posteo, con la intención de entablar un diálogo con ustedes. La respuesta fue excelente; incluso, sorprendente para mí. Se los agradezco infinitamente.
Hace poco dije en el blog de David que, a veces, lo que podemos hacer desde los blogs es poco, pero es algo.
Entiendo, y esto en respuesta a algunos reclamos de ayer acerca de no tomar posición, que hay dos tipos de periodismo, como para simplificar. Uno, dice qué pensar; el otro, invita a que los otros piensen. No se si lo logró pero prefiero el segundo. Por ello, aunque Eldred me aconseje que no necesito pregonar la libertad de expresión, ustedes encontrarán acá opiniones de lo más diversas. Puedo seleccionar la opción de ver los comentarios antes que se publiquen, pero prefiero que no.
Y pensaba, además, cuánta contradicción. Ayer me reclamaban el no posicionarme en una u otra vereda, y hace dos días me acusaban de querer engañar a quienes me leían al tomar una postura sin especificarla. Yo se que quienes vienen siguiendo las discusiones entenderán de que hablo.
En definitiva, lo que quiero decirles es que me encanta que me acompañen, si se acercan acá porque les gusta lo que leen, porque les gusta expresarse o por lo que quieran. Si sienten que este no es “su” espacio, entonces les aconsejaría que se busquen otro lugar donde pensar con libertad. Porque pensar es lo importante.
A los que quieran, los invito a seguir participando en un debate de ideas (y con argumentos). Y sí, voy a seguirles agradeciendo que hayan pasado y pidiéndoles respeto, aunque eso me convierta en una moderadora poco “jugada”. Moderar, implica “templar o ajustar lo que se considera excesivo” o bien “presidir o dirigir un debate, asamblea o mesa redonda, controlando el turno de palabra”. Y eso intento.
Me bastaría con que aunque más no sea a una persona, este espacio le sea útil.