
Me gustaría escribir una crónica del fin de semana, una crónica en tiempo pasado, pensando que ya todo pasó, que logramos mantener la calma. Me gustaría pensar que la presidenta salió el fin de semana a hablar para pacificar, y no que tuvimos que experimentar situaciones anárquicas así, sin quererlo.
Quisiera pensar que nadie está a favor de la represión; que todos entienden que la represión es siempre repudiable, haya o no víctimas fatales. Que el impedir las manifestaciones es aberrante en cualquier caso. Entiendo a los que dicen que no está bien cortar las rutas; entiendo y comparto. Pero pienso que el Gobierno no ha actuado así con todos los manifestantes y que, en los casos en que esto ha pasado, la sociedad los ha repudiado.
Me gustaría que personajes como D´Elia, convocando a armarse, hablando de guerra, de conspiraciones, de golpistas, no tuvieran tanto contacto con quienes nos gobiernan. Me gustaría que el acto de mañana fuera para unirnos como argentinos, no para marcar las diferencias.
Desearía que entendieran que este ya dejó, hace rato, de ser un problema por las retenciones. Que ahora ya es un problema de todos. Entender que si la democracia está en juego no es por las intenciones golpistas de determinados sectores que reclaman lo que les parece justo, estemos o no nosotros de acuerdo con sus reclamos, sino por la soberbia, la falta de responsabilidad y capacidad de mando, demostrado por nuestros dirigentes, y en especial por nuestra Señora Presidenta.
Me gustaría contarles que hoy, me duele mi país.